jueves, 30 de abril de 2020

La Razón de Vivir

La Razón de Vivir Se giró al escuchar el grito, no vio a nadie, la pared lo tapaba. Mientras sentía la suave briza sobre la cara, se preguntó: ¿Quién grito? Y sobre todo ¿Qué grito? Nuevamente escucho el grito, se percató que no contenía palabras, y desesperadamente trato de darle algún sentido. Esa fue su segunda y tercera pregunta: ¿Por qué debe tener un sentido?, ¿por qué desesperadamente? Hacía mucho tiempo que se auto convenció que los sentidos de las cosas no existían, o si, pero a voluntad, la vida misma tenía el significado que quisiera. Que lastima pensó, a lo mejor debía haber encarado las cosas en forma diferente. Pero no, en ese mismo instante, en un lapso de tiempo que no se puede medir, ya que las percepciones o los sentimientos son atemporales, tuvo por primera vez en su vida una seguridad absoluta, sin fisuras: Es una decisión…, como la que acaba de tomar… Tomo plena conciencia que, si su vida tuvo un sentido fue cuando, como ahora, no tenía demasiada importancia cual era. Mientras veía la pared pasar a su lado, y la briza continuaba alborotando el pelo y la ropa, advirtió que no era un grito, era un alarido, y de terror. “¿Cuánto tiempo paso? Cuatro o cinco segundos”. Esbozo una media sonrisa. “Es increíble hace cinco segundos no encontraba motivo para vivir y ahora mientras el piso avanza lo encuentro” Fue también en ese momento, un metro antes del piso, que comprobó que el que gritaba era él.

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