domingo, 26 de abril de 2020

MASCRENDIDO En la primera edición de la Enciclopedia Británica, nombran e intentan una definición de este animal, o cosa… o ente. Misteriosamente en las siguientes publicaciones desaparece de sus páginas. De acuerdo al historiador Inglés Scott Campbell, no lo incluyen por sugerencias de la Iglesia Protestante. Esto, se supone, es debido a que por un lado la fe se vería menoscabada y por lo tanto su poder, ya que sus preceptos quedarían sin sustento. Y por otra parte, algunos miembros de esta Iglesia, literalmente llaman a este “animal” El Diablo El término utilizado en la prestigiosa enciclopedia, esta extraído de los estudios realizados fundamentalmente por el historiador nombrado, el cual a su vez se basa en numerosas recopilaciones. Con diferentes nombres, con descripciones morfológicas notablemente dispares, es muy llamativo que a lo largo de la historia de este animal o cosa, su comportamiento es detallado siempre de la misma manera. Efectivamente, Campbell en su último libro, describe minuciosamente lo que a lo largo de la historia hacen los múltiples observadores, historiadores y actualmente científicos que detallan de diferentes maneras su condición física, pero unánimes en cuanto a su comportamiento. Los primeros vestigios escritos, se encuentran en el prestigioso museo General de Egipto, donde el conocido egiptólogo francés Marcel Durand, hace referencia al único papiro conocido y conservado de la época V, del periodo 1°. En este, aun hoy se pueden descifrar las palabras que lo describen. Más aun, todavía se puede percibir el horror con que fueron escritas. Luego se encuentran descripciones en los pocos jeroglíficos sumerios conservados. Se hallaron también referencias en la antigua cultura Antrades. Llamativamente casi sin diferencias entre los escritos egipcios y los jeroglíficos Aztecas, e Incas. Para algunos antropólogos, como Maximiliano Vargas, el australiano George Wastingotes, o los rusos Kamaloff y Marie Putin, solo para nombrar algunos, se encuentran vestigios o descripciones del Mascréndido en numerosas pinturas rupestres, por ejemplo en las cuevas de Bajamira, o el Cañón de los Pies, etc. Recientemente Naciones Unidas, luego de extensos debates, formó una comisión de científicos, provenientes de diferentes universidades, nombrados expresamente para estudiar al Mascréndido. Los primeros resultados, fundamentalmente provenientes de las Universidades de Salamanca en conjunto con Harvard, son bastante pesimistas. Nada se pudo comprobar de su condición física o anatómica. Los datos examinados, provenientes de diferentes lugares del mundo, los testimonios o documentos hallados de muy diferentes épocas históricas, son extremadamente confusos y contradictorios. Sí, se sabe –se supo siempre- de lo malvado de su comportamiento. Se puede afirmar que su maldad, literalmente, no tiene límites. Y es lógico que así sea, así como suponemos, que en el hombre, en su devenir, presente y futuro, su bondad podría no tener límites, de la misma manera el Mascréndido por correspondencia directa no puede limitar su maldad. Esta comisión elevó un primer informe, conocido como “Primer Informe preliminar del comportamiento del Mascréndido”, donde dan como un hecho absolutamente comprobado que el leit motiv motivo de este animal, es castigar a los humanos que no cometen hechos reprobables. Dicho de otro modo, todos aquellos que no roban, que no dañan a otras personas o al medio ambiente, todos aquellos bien intencionados, o de buena voluntad, son castigados. Los científicos, con justa deducción, afirman que su maldad es terrible, ya que castigar al malo, al ladrón, al que daña, es relativamente fácil: se lo merece. En cambio se debe ser muy dañino, para castigar al que ayuda a los demás o se sacrifica por los semejantes. Constataron otra inquietante realidad: la cultura a lo largo de los siglos cambia, se modifican las pautas morales y éticas, lo valores son siempre relativos, lo que en este momento es normal, en épocas pasadas podría ser catalogado como inmoral o viceversa, piénsese en la esclavitud, el trato discriminatorio, la relación de la sociedad con la mujer etc. Sin embargo esta bestia, de alguna manera desconocida por el momento, se adaptó a todos los tiempos y siempre castigó al que se consideraba bueno. De acuerdo a estos estudios, parece ser que en realidad, no ataca indiscriminadamente, sino que lo hace con aquellos que tienen conceptos definidos de lo que está bien o mal, obviamente cambiantes con las personas y los momento históricos, pero siempre dañando al de altruistas acciones. Otra característica, es que este animal o ente, ataca en forma totalmente solapada, solo se entera la víctima. En cuanto es infectado con la ponzoña del Mascréndido, nace la contradicción, la duda. Ésta, dentro suyo poco a poco mina su conciencia, su voluntad. Poco a poco se transforma en un ser atormentado: Si sigue obrando con bien, se siente fuera de lugar, si actúa como la bestia le aconseja, es una persona con remordimientos. El filósofo contemporáneo Amadeo Argento, con opinión no compartida por la mayoría de sus colegas, afirma que ésta es la condición humana, que el Mascréndido, así como la religión o las creencias nunca demostradas son un invento desesperado para poder soportar la finitud de la existencia. Entre las muchas opiniones, que se han vertido a lo largo de la historia, se destaca la del jurista romano Flavio Marquidemes, que supone al Mascréndido, como el único capaz de hacer que el ser humano crezca en su condición de tal, ya que al ponerlo en la duda, piensa, y lo que es más importante: decide. Tarquino

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